La policía disparó e hirió a dos personas en el sureste de Londres el 22 de mayo, después de que hubiesen atropellado a un soldado fuera de servicio con un coche a plena luz del día a la salida de los cuarteles del Ejército, y acto seguido lo apuñalaran hasta la muerte ante la estupefacta mirada de docenas de transeúntes.
La pareja instó a los horrorizados viandantes a sacar fotografías y grabar vídeos del momento en que perpetraban el ataque terrorista, ante los cuarteles de la Royal Artillery en Woolwich. Explicaron que actuaban como respuesta a los asesinatos de musulmanes cometidos por las fuerzas armadas.
Tras el atentado, más de un centenar de miembros de grupos de extrema derecha se enfrentaron a la policía después de atacar mezquitas en el sur de Inglaterra. El primer ministro David Cameron se reunirá hoy con un grupo de consejeros y se reforzará la seguridad en torno a las bases militares de Reino Unido.
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