Mientras que prosiguen los disturbios desde el 19 de mayo en Husby, el barrio popular de la periferia de Estocolmo, padres y representantes de asociaciones se han manifestado el 22 de mayo contra el vandalismo de los jóvenes y contra la violencia de la policía.
Varias decenas de coches y una comisaría de policía han sido incendiados, y los disturbios se han extendido a otros barrios de la capital.
Los hechos han relanzado el debate sobre la integración de los inmigrantes y sobre el modelo social sueco. Como expresa un habitante de Husby en Svenska Dagbladet:
Trabajamos y pagamos los impuestos pero nuestros hijos no tienen éxito en el colegio y se quedan con los brazos cruzados, sin hacer nada, durante todo el día. ¿Qué será de ellos?