Los líderes políticos europeos denunciaron el lunes el las operaciones de vigilancia norteamericanas- conocidas como PRISM-, que han registrado datos telefónicos y de navegación por Internet de millones de personas en todo el mundo, como inaceptables, pidiendo más detalles al presidente de los EEUU, Barack Obama, sobre la naturaleza de este programa.
El escándalo fue revelado por el antiguo técnico de la CIA, convertido ahora en confidente, Edward Snowden, de 29 años de edad, y han desencadenado lo que The Guardian – el diario que dio a conocer los hechos – describe como "una de las más explosivas filtraciones en seguridad nacional de la historia de los Estados Unidos".
La canciller alemana Angela Merkel se comprometió a presionar a Obama para la obtención de detalles del programa en la cumbre que se celebrará la semana que viene en Berlín, y la vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding, ha manifestado que pedirá aclaraciones a funcionarios estadounidenses en una reunión que se celebrará el viernes en Dublín.