La represión de las manifestaciones en Turquía es criticada en varias capitales europeas. Se apunta con el dedo la política del primer ministro Erdogan, lo que perjudica el diálogo entre Turquía y la UE sobre una eventual adhesión de Ankara.
El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, ha declarado que esperaba de Erdogan "una política de entendimiento que respete los valores europeos".
El 12 de junio, la alta representante de la UE para Asuntos Exteriores, Catherine Ashton anunció ante el Parlamento Europeo que la UE debería "retirarse, pero comprometerse frente a la situación política del país". Diplomáticos en Bruselas dudan de que la fecha prevista para retomar las negociaciones de adhesión de Turquía, el 26 de junio, sea mantenida.
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