Las autoridades británicas espiaron a dirigentes y funcionarios de otros países "atacando tanto a los ordenadores como a los teléfonos móviles de los delegados" en las reuniones del G20 en Londres en 2009, revela The Guardian como parte de [su investigación] (3873491) sobre programas de vigilancia británicos y norteamericanos de alto secreto.
Según los documentos, altos funcionarios británicos autorizaron el uso de sofisticados equipos de espionaje para registrar las comunicaciones de los invitados, incluyendo la instalación de internet cafés para interceptar emails y vigilar su actividad en línea, grabando las comunicaciones a través de dispositivos Blackberry, y facilitando a los analistas evidencias de "quién llamaba a quién en la cumbre", investigando de forma particular a funcionarios rusos y turcos.
El diario señala que sus revelaciones "podrían desencadenar tensiones" en la cumbre del G8 que comienza en Irlanda del Norte el lunes, en la que todos los participantes fueron ya objetivos potenciales en las cumbres de 2009.