Chantajes, presión económica o compra de políticos y de los medios de comunicación: Rusia no va a dudar en utilizar cualquiera de estos métodos para evitar que Ucrania firme un acuerdo de asociación con la UE en la cumbre de la Asociación Oriental que se celebrará en Vilna en noviembre, según Gazeta Wyborcza.
El diario se hace eco de la noticia publicada el sábado en el semanario ucraniano Dzerkalo Tyzhnia en la que se exponía que Rusia contaba con un plan secreto para bloquear la integración de Ucrania con la UE. Al mismo tiempo, Moscú está intentando convencer a Kiev para que se una a la asociación aduanera entre Rusia, Bielorrusia y Kazajistán y que forme parte de la Zona Económica Común de estos países.
Según el plan que supuestamente ha preparado Serguéi Gláziev, consejero de integración económica del presidente ruso Vladimir Putin, Moscú se ha fijado como objetivo a los magnates de los medios de comunicación que comercian con Rusia, para que sus cadenas de televisión se muestren más partidarias de Rusia.
En lo que parecía una muestra de presión económica a Kiev, Rusia prácticamente bloqueó las importaciones de mercancías ucranianas la semana pasada y amenazó con causar a la economía ucraniana importantes pérdidas y “agravar la crisis económica, al llevar a muchas empresas clave al borde de la bancarrota”, escribe Gazeta Wyborcza. Moscú además quiere obtener el apoyo de la Iglesia rusa ortodoxa que opera en Ucrania y del movimiento de presión Ukrainian Choice, liderado por Viktor Medvedchuk, amigo de Putin y antiguo director de la administración presidencial de Ucrania.