La comisión parlamentaria de investigación sobre el grupo terrorista neonazi Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU) “ha llegado a la conclusión de que la Oficina de Protección de la Constitución, la policía y la justicia, resumiendo, el Estado, ha fracaso en su tarea más noble: la de proteger a sus ciudadanos”, resume el Frankfurter Allgemeine Zeitung, al día siguiente de que se hiciese público el informe de la citada comisión, y mientras en Múnich prosigue el juicio de los miembros del NSU, acusados de matar a once personas entre 2000 y 2007.
Los autores del informe reprochan a la policía que llevase a cabo las investigaciones de manera parcial, a la Oficina de Protección de la Constitución de haber subestimado el terrorismo de extrema derecha y a los representantes políticos de no haberse interesado lo suficiente al respecto.
“Un acto abrumador y vergonzoso”, juzga el FAZ, que reprocha al informe no proporcionar una “explicación satisfactoria” con relación a los motivos que llevaron a que el Estado cometiese tal fracaso:
Se debe a que la comisión se creó para encontrar a un culpable para calmar la mala conciencia de los políticos. Todos los partidos [...] se han prestado a este juego [...] y nadie se ha encargado de defender a las autoridades.
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Por su parte, Tageszeitung da la bienvenida a este "documento de impresionante introspección por parte del Estado”:
Sin indulgencia, el informe muestra las debilidades y los errores de los servicios de seguridad en relación al racismo. […] Marca un giro histórico. […] Para las autoridades, ahora se trata de aplicar las recomendaciones de [los investigadores] de forma cotidiana. Es así cómo podremos saber si hemos aprendido lecciones de esta serie mortal, que fue ignorada durante muchos años.
Al unísono, Die Welt elogia verdaderamente el trabajo de la comisión parlamentaria:
Todos juntos, los partidos intentaron explicar las razones de una de las series de muertes terroristas más brutales de Alemania. […] Juntos, señalaron lo que faltaba y elaboraron recomendaciones. Por este motivo, el resultado de su trabajo representa un momento de gloria del Parlamento. Los diferentes actores comprendieron de qué se trataba: el fracaso de un Estado, uno cuyas dimensiones parecían inimaginables antes de que se diese a conocer la existencia del comando NSU.