De visita en Oradour-sur-Glane, un pueblo francés destruido por las SS en 1944, el 4 de septiembre, el presidente alemán Joachim Gauck aseguró que “Alemania es hoy un buen país” y “que desea construir Europa pero no dominarla”.
El presidente subrayó que “los alemanes se han esforzado para asumir su pasado después de haberlo rechazado”, escribe Suddeutsche Zeitung. Esto forma parte de las “grandes experiencias” de la RFA después de la guerra y es uno de los “motores para su evolución”.
Para el periódico,
Joachim Gauck hizo dos discursos impresionantes.[...] Una parte consagrada al pasado y a la culpabilidad, y la otra al futuro. Ambas partes se dirigen tanto a los alemanes como a los franceses. Su mensaje: “Estad agradecidos de que Europa exista porque es la mejor cosa que podía nacer de la tragedia de esta guerra mundial y con todo este pasado, no olvidéis nuestro futuro”.