El 6 de octubre, "10 años después del comienzo de la intervención del ejército alemán en Kunduz, Alemania ha transmitido el mando de la base a las fuerzas de seguridad afganas", informa Frankfurter Allgemeine Zeitung. De aquí a finales de octubre, los 900 soldados alemanes que quedan abandonarán la capital de la provincia, precisa el diario.
Durante una ceremonia, el ministro alemán de Defensa, Thomas de Maizière, subrayó que esta intervención "ha marcado una ruptura para el ejército alemán pero también para la sociedad alemana". El diario recuerda que "en la provincia de Kunduz, 20 soldados alemanes han muerto en atentados o en combate, más que en ninguna otra parte del Hindu Kush", sobre todo después de 2007 :
Cuando se hace un balance de los 10 últimos años en Afganistán y de los objetivos que han sido constantemente revisados a la baja, la intervención debería también llevar a una reflexión sobre los límites del propio idealismo narcisista [..] Nadie puede decir si la situación en el país es tan estable como se afirma regularmente, en este período de retirada de las tropas internacionales.