El programa gubernamental “e-fronteras”, diseñado para identificar a sujetos que suponen una amenaza, entre los que estarían sospechosos de terrorismo, criminales de guerra o deportados previamente, antes de que entren en el Reino Unido, ha sido criticado por las autoridades de inmigración, afirma The Guardian.
El proyecto, con un coste de 592 millones de euros, “todavía está por demostrar resultados significativos para controlar la inmigración y únicamente ha tenido un impacto limitado para detectar terroristas”, según las conclusiones del diario siguiendo un informe del inspector jefe de fronteras e inmigración John Vine.
Solamente dos aerolíneas se han unido al proyecto hasta ahora, mientras que el sistema para controlar a todos los pasajeros se muestra incapaz de registrar los datos de casi un tercio de los trayectos.