"La industria alemana tendrá que adaptarse a un reglamento más estricto para el etiquetado de los productos que lleven el sello ‘Made in Germany’", explica Frankfurter Allgemeine Zeitung. El 17 de octubre, la comisión de Mercado Interior del Parlamento Europeo votó a favor de un endurecimiento de las reglas existentes en ámbito de seguridad y trazabilidad de los productos manufacturados.
Actualmente, los fabricantes pueden aportar el sello "Made in" (”fabricado en”) a un artículo incluso aunque sea principalmente producido en el extranjero, explica el diario de Fráncfort. Si la propuesta del Parlamento es aprobada por el Consejo de ministros, no podrán mencionar “Made in the EU” o “Made in” un país miembro a menos que una “transformación sustancial” representando “una fase de fabricación importante” fue llevada a cabo en el país en cuestión.
Esto no agradará en modo alguno a los fabricantes alemanes, prosigue FAZ, porque ya no podrán poner el sello "Made in Germany" sobre productos que son mayoritariamente fabricados en el extranjero, como en China o en África del Norte. La industria alemana se arriesga a perder su ventaja más importante. En caso de acuerdo entre las instituciones europeas, en todo caso, el proyecto no entraría el vigor hasta después de las elecciones europeas de mayo de 2014.