Además de la crisis de la deuda soberana europea otro problema se anuncia de forma creciente: la crisis de la deuda privada, creada por bancos y empresas privadas que tomaron grandes préstamos y que ahora son incapaces de reembolsar, escribe The Economist.
Ahora, el Banco Central Europeo estudia cómo hacer frente al problema. A través de su examen sobre la calidad de los activos, analizará la solvencia financiera de los 128 mayores bancos de la región y hará recomendaciones para la recapitalización de algunos o el cierre de otros.
Indicando que el problema de la eurozona “se ha metamorfoseado de una crisis aguda a otra crónica”, el semanario añade que
arreglarlo llevará tiempo. Tratar la trampa de la deuda privada debería ser una prioridad para los líderes europeos. Bancos mejor capitalizados tendrán mayor capacidad para prestar; y harán más fácil la creación de una unión bancaria.