Escribiendo en Foreign Affairs, el politólogo Lorinc Redei, hace una dura crítica a las recién nombradas figuras para los más altos puestos de la UE, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y la alta representante para Asuntos Exteriores, Federica Mogherini, manifestando que serán un “desastre”, y que los líderes europeos “colectivamente han hecho a la Unión Europea irrelevante en los asuntos globales.”
Redei señala que “Tusk puede ser un político de talento”, pero resulta un “improbable arquitecto del consenso continental”
Tusk no es precisamente conocido por ser un gestor experimentado de coaliciones. Sus dos gobiernos en Polonia se han basado en un único socio de coalición en la Cámara baja (y ninguno en el Senado). Su predecesor, Herman Van Rompuy, había tenido “décadas de experiencia” en construcción de coaliciones a través de la federalizada política belga.
Añadiendo que Tusk “no habla francés y tiene un conocimiento limitado del inglés”, Redei escribe que
resulta difícil creer que podrá encabezar negociaciones creativas con sus antiguos colegas dados los problemas que tendrá simplemente comunicándose con ellos en un idioma común. El mensaje de su nombramiento es claro: los líderes nacionales de Europa prefieren que nadie pueda tener una perspectiva europea que se ponga en su camino y en su visión del mínimo común denominador.
Por su parte, la actual ministra italiana de Exteriores, Federica Mogherini
no posee dos de las características fundamentales para ser una portavoz efectiva de la política exterior de la UE: estatura ejecutiva e internacional.[...]Mogherini no tiene un perfil sólido en las complejas instituciones de la UE. No tiene experiencia de primera mano en la intrincada burocracia del Servicio Europeo de Acción Exterior [...] es una política electa desde hace solo seis años. Tampoco es bien conocida fuera de Europa.[...]los gobiernos extranjeros difícilmente la tomarán en serio.
Además, el autor juzga que el manejo hecho por el Consejo de la crisis de Ucrania ha sido pobre y “apenas suficiente para evitar una mayor agresión por parte del presidente ruso Vladimir Putin.”
Para Redei la última cumbre de la UE muestra que los actuales líderes de los Estados miembros
están temerosos de nombrar a figuras de alto perfil político para los puestos más altos de la UE, pues en su visión podrían ser una amenaza para los intereses nacionales en nombre del bien común europeo. […] nombrando a personalidades de segunda para los puestos importantes, los líderes europeos minan su propia habilidad para hacer frente a los mayores desafíos de nuestro tiempo, tal como una renacida y y expansionista Rusia.
Finalmente, manifiesta que la cumbre supuso una “luz verde” para que Rusia aumente sus ataques en Ucrania, mostrando a los Estados Unidos que la UE no es capaz de asumir sus propias responsabilidades.
Solos, los Estados miembros de la UE no tiene poder. Juntos, no tienen ambición. Y de cualquier manera, Putin está cerca de mandarlos a paseo.