EULEX, la misión de la UE para el establecimiento del Estado de derecho en Kosovo, está sacudida por un vasto escándalo de corrupción. Titulando con las “Fuertes sospechas de corrupción en el seno de EULEX”, el diario de Prístina Koha Ditore ha revelado que la fiscal jefe de la misión, Jaroslava Novotna, así como el antiguo juez de EULEX, Francesco Florit, ”son sospechosos de haber percibido sobornos para archivar dosieres criminales de notorios gangsters kosovares”.
La juez de la task force anti-corrupción Maria Bamieh, que estaría en el origen de las revelaciones, acusa igualmente a un tercer fiscal, Jonathan Ratel, de haber “puesto trabas a su investigación así como a otra en la que estaban implicados políticos y empresarios” y, por el contrario, haber “iniciado procedimientos disciplinarios contra ella”.
Juzgando que ”hay algo podrido en EULEX”, el diario serbio Politika añade que los jueces de EULEX también habrían amañado las pruebas que llevaron a la detención de Oliver Ivanovic, un líder político serbio de Kosovo. Y concluye que
las acusaciones de corrupción, el acoso a los chivatos y el amaño de pruebas muestran que los fiscales y jueces internacionales han adoptado las costumbres locales en lugar de introducir los estándares legales de sus países de origen.
Auditados por la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, el 3 de noviembre, Fernando Gentilini, el responsable del Servicio Europeo de Acción Exterior para los Balcanes Occidentales, y Kenneth Deane, a cargo de las misiones civiles, “se han negado a dar detalles sobre las acusaciones de corrupción, afirmando que ‘está en curso’ una investigación en el seno de EULEX”, informa por su parte EUobserver. EULEX ha confirmado que “investiga sobre las acusaciones de corrupción desde 2013”. Una investigación calificada de “mentira” y de “farsa completa” por Maria Bamieh.