25 años de la caída del Muro de Berlín
La frontera entre Turingia y Baviera cerca de Asbach, en 1950.

Alemania: ¿una nación aún dividida?

Publicado en 8 noviembre 2014 a las 10:09
La frontera entre Turingia y Baviera cerca de Asbach, en 1950.

Con la próxima llegada del 25 aniversario de la caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre, ¿en qué punto se encuentra Alemania? ¿Sigue aún dividida la mayor potencia económica de Europa?

“Con la euforia inicial que vino después de la caída del Muro de Berlín en 1989, Alemania trató de borrar rápidamente las heridas ocasionadas por la división durante la Guerra Fría. Sin embargo, el legado de Alemania Oriental aún permanece latente” escribe Die Zeit en una recopilación de información estadística, mapas y gráficos que demuestran que la unificación de Alemania dejó heridas que siguen sin cicatrizar.

En una entrada de blog relacionada con el artículo, el editor Fabian Moor escribe que:

La frontera aún existe. Alemania continúa dividida en dos, muy cerca de donde existió en realidad. Hasta la fecha, 25 años después de la forzosa separación, aún persiste un importante desequilibrio demográfico y económico, además de unas costumbres muy diferentes. […] Las secadoras, por ejemplo, son muy populares en la parte occidental, pero prácticamente inexistentes en la oriental. La tenencia de armas, sin embargo, es un asunto que no interesa para nada a los ciudadanos de Alemania Oriental.

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En la antigua Alemania Oriental, la renta per cápita es mucho menor que en la antigua República Federal (RFA), mientras que las zonas agrarias son mucho mayores. Die Zeit señala también que los habitantes de Alemania Oriental prefieren otros destinos para sus vacaciones que los residentes de la anterior República Federal Alemana:

Los orientales también llevan a la guardería a sus hijos, y la mayoría son vacunados contra la gripe todos los años. La población en la zona oriental es mucho más anciana. Muchos niños de la reunificación buscaron fortuna en Alemania Occidental, y decidieron quedarse.

Sin embargo, el argumento de una Alemania dividida está cada vez más cuestionado. “Creo que las comparaciones entre Alemania del Este y del Oeste son superfluas”, escribe el editor Steffen Dobbert. “Ya no existe el muro en Alemania, ni en la mentalidad de las generaciones más jóvenes”, escribe. Luego añade: “En pocos años, el término 'ossi' [término peyorativo que utilizan para designar a los habitantes de la antigua Alemania Oriental] desaparecerá, si me lo permiten los medios de comunicación. […] La mayoría de las personas se consideran alemanes, no orientales u occidentales. Lo único que me pregunto es cuándo llegará esa realidad a las salas de redacción de los canales de televisión, de los periódicos y de los sitios Web”.

La televisión pública BR recopiló recientemente una serie de sondeos sobre Alemania Oriental y Occidental. Al parecer, el 75 por ciento de los habitantes de Alemania Oriental consideran la reunificación algo positivo; en la zona occidental, por el contrario, solo la mitad de la población ve más ventajas que desventajas, de acuerdo con un estudio realizado recientemente por Infratest dimap. […] Lo más positivo es que esos clichés no son hereditarios. Dos terceras partes de los habitantes cuya edad oscila entre 14 y 29 años rechazan los viejos prejuicios de sus padres.

“En su deseo por encontrar el viejo Muro de Berlín, mis colegas del Zeit Online buscaron incluso a los ‘Ronnies’”, escribe Steffen Dobbert. Efectivamente, recuerda que “Ronny era el nombre más popular entre 1975 y 1983 en la República Democrática Alemana”. La proporción de páginas de Facebook con el nombre de “Ronny” es notablemente superior en la antigua Alemania Oriental. 

“Yo tengo un amigo llamado Ronny. Cuando le hablé del mapa, me respondió: 'Es lógico, ya que la mayoría de los Ronnies viven hoy en día en el mismo lugar que nacieron. ¡Pero eso no significa que siga existiendo la República Democrática Alemana!' Luego me preguntó qué debería pasar para que nosotros celebrásemos un aniversario de la reunificación sin buscar a los Ronnies. 'Puede que tú y los demás Ronnies debáis trasladaros a la parte occidental', respondí”.

Finalmente, el Die Zeit señala y pregunta:

Uno de los pocos lugares donde aún se observa la división del país por la Guerra Fría es en la antigua frontera interna de Alemania. Las atalayas y los muros han desaparecido, pero la línea divisoria aún persiste. ¿Es eso algo negativo? ¿Deben taparse con yeso todas las diferencias y borrarse todas las heridas?”.

Alemania todavía percibe su historia, aún vive de acuerdo con su memoria, y las diferencias económicas aún son visibles, aunque no exista el muro. En Berlín, 8.000 globos blancos dibujan la línea del muro y lo hacen visible como parte de las conmemoraciones oficiales.

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