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Una moneda común sin una unión fiscal o política ha dejado a Europa en riesgo de separación, escribe Timothy Garton Ash en el diario británico The Guardian. La crisis actual de la eurozona ha hecho más profunda la diferencia entre un norte todavía prospero y un sur endeudado. Esto, de igual modo, ha enfrentado los intereses democráticos nacionales contra el liderazgo de la UE.
Garton Ash no cree que esta separación sea inminente, pero sí parece ser inevitable. Refiriéndose al economista británico Adam Smith, escribe —
Dados los extraordinarios logros de estos 70 años desde 1945, y los recuerdos y esperanzas puestos todavía en el proyecto europeo, queda todavía mucho de aquello en nuestro continente.
El dolor será más acusado en el sur, pero este desequilibrio estructural acabará por dañar a las potencias del norte de Europa. La razón, afirma Garton Ash, se encuentra en la ausencia de una unión política que pudiese reconocer diferencias estructurales entre los diferentes Estados miembros. El federalismo estadounidense, por ejemplo, contempla el hecho de que la economía de Alabama nunca será como la de California. En comparación, la UE intenta transformar todo el continente al estilo alemán del “Exportweltmeister”. Un pensamiento que no ve la necesidad de un mercado interior de exportación. “Si todos se comportan como Alemania”, escribe Garton Ash, “entonces Alemania debe comportarse algo menos como Alemania. Pero Alemania no está preparada para ello.”
De manera más acuciante, el sur de Europa ha sido maltratado por continuos recortes y liberalizaciones sin la deseada transformación económica.
Los griegos, italianos y franceses no son como los alemanes. Sus economías necesitan sin duda reformas estructurales, como la de España, que ha impulsado sus exportaciones; pero sus sociedades y empresas simplemente no responden de la misma manera.
El resultado es un Europa donde los intereses democráticos nacionales se hacen cada vez más incompatibles con la misión principal de la UE. La integración económica ha significado el sufrimiento de muchos estados miembro y el fortalecimiento de la hegemonía alemana. Hay actualmente poco interés por una unión política más estrecha, a pesar de que para Garton Ash sea está la única salida al malestar actual de la eurozona:
El problema es que los problemas estructurales de la Eurozona requieren de una democracia europea transnacional y solidaria de conciudadanos que no existe entre las diferentes nacionalidades de la Eurozona, y que tampoco se espera que se produzca en breve.[...] La democracia nacional está así en creciente tensión con la integración europea.
¿Qué se puede hacer? Garton Ash no es optimista respecto a las opciones de supervivencia de la Unión. Pero no es demasiado tarde para cambiar el rumbo de Europa —
¿Podrán aquellos nacidos a partir del final de los ochenta crear una imaginación política que nuestras actuales políticas son incapaces de concebir?
