“La hora de la verdad en Libia,” titula The Economist, debido a la “misión creep” (expansión inadvertida o desbordamiento de una misión) y la desorientación que afecta a la intervención aliada en el Estado norteafricano. “El avance de los rebeldes y la retirada del coronel Muamar el Gadafi hacia el este parece que al final ha resultado en tablas,” afirma el semanario de Londres, añadiendo que “se han visto reforzados los diferentes intereses de la coalición.” Más específicamente, Barack Obama se ha estado andando con rodeos en torno a si EE.UU. suministrará la fuerzas aéreas necesarias para atacar a las tropas de Gadafi en las áreas urbanas. “La preocupación es que dicho titubeo es sintomático de una mayor reticencia a esclarecer el asunto”. The Economist insta a Obama a no retener la fuerza aérea estadounidense “pretendiendo no mancharse las manos. Junto a los europeos y árabes, debería enviar instructores, observadores, apoyo logístico y de telecomunicaciones para fortalecer a los rebeldes, tal como la ONU le permite. No importa lo que digan las encuestas en su país, el presidente de EE.UU. está metido en esto ahora.”
Live | IA, medios de comunicación y democracia: ¿una ecuación imposible?
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