“Jean-Claude Trichet propone la creación de un Ministerio de Finanzas europeo”, titula el Frankfurter Allgemeine Zeitung. El pasado 2 de junio, al recibir en Aquisgrán el Premio Carlomagno por su contribución a la unificación europea, el presidente del Banco Central Europeo (BCE) sugirió dos niveles de sanciones para los países europeos que no lleguen a administrar su presupuesto, explica el diario alemán. Un primer nivel prevé ayudas financieras con condiciones estrictas y comprendería un derecho de control y de supervisión por parte de los países que proporcionasen la ayuda. El segundo nivel “debería ser radicalmente distinto del actual sistema de vigilancia financiera, de recomendación y de sanciones”, explica Trichet, que propone la creación de un Ministerio de Finanzas europeo “con un derecho de apreciación sobre la política presupuestaria y la competitividad y un derecho de gestión directa de la política económica de los países altamente endeudados”. Estas propuestas requieren una ratificación por parte de los Estados miembros de la UE.
“Competitividad y disciplina presupuestaria serán a partir de ahora las directrices”,constata el FAZ, para el que se trata de una “inmensa centralización de la política económica europea. De hecho, no queda nada de la democracia de los países a los que se les pedirá que renuncien a sus derechos soberanos”, critica el diario de Francfort.
Para Le Figaro, la decisión de Jean-Claude Trichet tiene otra motivación: “Al volver a colocar el poder político como eje del juego europeo, pretende también reconciliar a los ciudadanos con el euro”. A unas semanas de ser relevado por el italiano Mario Draghi como cabeza del BCE, “Jean-Claude Trichet sigue allanando el camino de su sucesor, al adelantar los debates que surgirán a lo largo de los próximos meses”.