"Rusia presiona con el gas otra vez", titula Polska, describiendo las últimas fases de las conversaciones ruso-polacas sobre el aprovisionamiento a largo plazo de gas a Polonia. Según el diario, los rusos "están tocando muchas piezas" para asegurar el acuerdo. Amenazan a Varsovia con la perspectiva de una crisis gasística, presionando a los polacos para firmar el contrato durante la visita planeada del primer ministro Vladimir Putin a Gdansk el próximo 1 de septiembre. Sería un contrato desfavorable, escribe Polska, pues haría a Polonia dependiente de los suministros de gas ruso hasta 2035. Además, Moscú ha jugado con la idea de construir una planta nuclear en el enclave de Kaliningrado- un proyecto conjunto germano-ruso-polaco- en un momento en el que la puesta en marcha de la planta Ignalina II en Lituania resulta cada vez más dudosa. Moscú está igualmente intentando tomar el control del paso de gas desde Polonia a Europa Occidental, avisa Polska.
Varsovia, mientras tanto, se ocupa en la preparación de un plan que la haría independiente de Gazprom, el monopolio gasístico ruso. "Los rusos no son los únicos que venden gas en Europa, también podemos tomar en consideración ofertas de varios proveedores de Europa Occidental", declaró al diario Maciej Wozniak, el consejero energético del primer ministro. Empresas como la alemana Ruhrgas o la francesa GDFSuez llevarían el gas hasta la frontera polaca, asumiendo responsabilidades en la negociación, lo que ayudaría a Polonia a evitar un contrayo a largo plazo con los rusos.