“Italia aguanta la respiración”, titula Corriere della Sera. Después de semanas de rumores, el temido ataque de los especuladores a Italia podría haber empezado. La Bolsa de Milán está en caída libre, ha perdido más del 7 por ciento en la última semana y el lunes 11 de julio abrió con una caída de 1.26%, marcando una diferencia entre los tipos de interés entre italianos y alemanes que ha llegado a un nuevo record (5,45% y 2,66% respectivamente). La caída de la Bolsa se agravada por las pérdidas del grupo Fininvest, después de la sentencia que ha condenado al holding de Silvio Berlusconi a pagar 560 millones de euros como compensación al grupo rival CIE, por los daños causados en la pugna por el control de la editorial Mondadori.
Son los factores de inestabilidad política, como la polémica sobre la mayoría parlamentaria que ha bloqueado la aprobación de la nueva ley presupuestaria, los que han parecen minar la confianza de los mercados en una economía como la italiana que, en otras situaciones, habría sido capaz de superar la tormenta, sostiene Franco Bruni en La Stampa. Ahora Italia tiene que hacer prueba de autodisciplina y Europa tiene que seguir con la trayectoria de solidaridad: “Empieza una semana en la que será crucial el juicio de los mercados financieros internacionales sobre Italia […] para evitar los desastres es necesario tomar las decisiones políticas y económicas correctas, por parte de Italia, de Europa y de Italia en Europa”.