Presidenciales francesas

El viento empieza a cambiar en Europa

En opinión de la prensa europea, la primera vuelta de las elecciones presidenciales se salda con una vencedora, Marine Le Pen, y dos perdedores, Nicolas Sarkozy y… Alemania.

Publicado en 23 abril 2012 a las 15:24

En la segunda vuelta se enfrentarán François Hollande y Nicolas Sarkozy, tal y como lo anunciaban ya hace tiempo los sondeos, que situaban desde hace varios días al candidato socialista en cabeza. En cambio, el resultado de la candidata del Frente Nacional no se había previsto. Con cerca del 20% de los votos, Marine Le Pen podrá influir en la campaña del presidente saliente.

Para el Financial Times Deutschland, la segunda posición de Nicolas Sarkozy es una “humillación” que refleja el “rechazo total” del que es objeto. El diario alemán opina que esta primera vuelta no es “únicamente un resultado, sino que es un veredicto contra un presidente incapaz de realizar las reformas necesarias”. Por su parte, Financial Times, convencido de que los franceses quieren deshacerse a toda costa de Sarkozy, apunta que François Hollande podría tener un sentido del pragmatismo fundamental para salir de la crisis:

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El resultado de esta primera vuelta aporta una gran oportunidad y al mismo tiempo un riesgo aún más grave. Paradójicamente, esta oportunidad se oculta tras el aspecto insulso de Hollande y su presencia poco dinámica. Si no se produce un milagro en las dos próximas semanas, Francia tendrá un presidente aburrido en lugar de alguien que se autopromociona constantemente. Pero por su reserva y su ausencia de determinación, Hollande podría ser capaz, mejor que su predecesor, de lanzar una política pragmática de reformas necesarias en el país para salir de la crisis de la deuda y de la miseria económica.

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En Varsovia, Marek Magierowski, editorialista del diario Rzeczpospolita, opinaque “Nicolas Sarkozy vacila”. En su opinión, al presidente saliente

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le costará mucho trabajo atraer a los seguidores de Marine Le Pen, muchos de los cuales probablemente se abstendrán dentro de dos semanas. Si Sarkozy quiere soñar con la reelección, tendrá que poner toda la carne en el asador y desplazarse aún más a la derecha. Sin duda mucho más a la derecha. Si quiere ganar, deberá convertirse en lepenista, aunque sea de forma momentánea.

Por su parte, El País, considera que el alcance del voto francés traspasa las fronteras francesas. De este modo, el diario madrileño escribe:

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Toda Europa, y más allá, se siente concernida por estos comicios en los que se enfrentan diversas concepciones de la integración continental. Aunque en el último trecho Sarkozy se ha acercado a las tesis de Hollande para que en la UE, y especialmente en la zona euro, se diseñen estrategias de crecimiento, y no solo de austeridad asfixiante, otros elementos, como el control de la inmigración en la UE, les separan. Resultaría paradójico que el principal aliado de Rajoy en la UE acabara siendo un socialista en el Elíseo, pero solo aparentemente, pues Sarkozy lo fue de Zapatero.

Por último, para To Vima, el voto francés constituye “una lección para Alemania”. “La derrota de Nicolas Sarkozy no es sólo su propia derrota, estima el diario de Atenas, “sino la de la política alemana”. Una política “que ha defendido fielmente”. To Vima señala que de estas primeras elecciones importantes desde la firma del pacto presupuestario, se pueden sacar dos conclusiones:

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En primer lugar, que la función de líder de Alemania en Europa es el tema central que divide al electorado en Francia; en segundo lugar, que el pueblo francés sufre las consecuencias de la política impuesta por Alemania en Europa, aunque sea el menos afectado […] Si se confirma la derrota de Sarkozy en la segunda vuelta y Francia cambia de presidente, no significa que el nuevo jefe de Estado vaya a reaccionar realmente al dictado alemán en Europa. En especial porque los mercados amenazarán a Francia con tipos de interés altos si no se adapta a la política alemana. […] Por lo tanto, Europa se opone a Alemania. Porque puede asustar a los Gobiernos, pero no a los pueblos. Por este motivo, salga o no elegido Francois Hollande, ha comenzado el principio del fin del dictado alemán.

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