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Mariano Rajoy y Mario Monti -Mario&Mariano- han ganado indiscutiblemente una negociación comunitaria dificilísima", escribe Carlos Segovia, del diario El Mundo:
Pero es una batalla, falta la guerra de verdad, la de aguantar definitivamente en el euro. 1. La batalla. Rajoy ha conseguido tres retos importantes. El primero, de la mano de Monti, el que los fondos europeos de rescate podrán comprar bonos de los países vulnerables sin intervenirlos como Grecia. [... ] El segundo, que esos fondos de rescate, ya no tendrá estatus de acreedor preferente. Si España o Italia entran en default como Grecia, los tenedores de sus bonos no quedarán relegados frente al fondo europeo. Fundamental, para que la gente se anime a seguir comprando deuda española o italiana. [...] El tercero, que en un horizonte mucho más rápido del previsto habrá unión bancaria […] por lo que las entidades que necesiten ayuda de Bruselas la recibirán directamente sin implicar al Estado. 2. La guerra. Falta aún la guerra: Falta un acuerdo sólido y de liderazgo político para emitir con rapidez euroletras y eurobonos que disuadan de verdad a los inversores de que hay negocio especulando contra los débiles del euro. […] Una guerra que llevará años y para la que surgirán nuevas batallas tan difíciles o más como las ganadas ahora.
Para el diario El País, la cumbre ha marcado la ruptura con respecto a la era Merkozy, en la que la pareja integrada por Merkel y Sarkozy solían imponer su criterio en las discusiones. El presidente francés François Hollande,
el subestimado Monsieur Normal [...] se puso al frente del Club Med para defender los intereses de la castigada periferia europea frente a su querido pacto por el crecimiento. […] La estrategia de Hollande ante la cumbre ha sido habilísima, porque no hay vencedores ni vencidos, triunfadores y humillados. Ganan todos. España e Italia pueden vender a sus opiniones públicas un acuerdo satisfactorio para sus intereses. Merkel [...] se gana la simpatía de muchos. Y en cuanto a la propia Francia, si la grandeur es que parece que ganas cuando en realidad pierdes, la elegancia serena de su presidente logra que París no sea percibido como el palmero de Berlín, sino como la bisagra del acuerdo y el gran defensor del proyecto del euro aunque eso suponga ceder soberanía.
En París, Le Figaro señala que la canciller ha optado por dar marcha atrás en sus posiciones, mientras que el Bundestag, el Parlamento, debía pronunciarse este viernes a mediodía sobre la ratificación del pacto presupuestario:
Debía ser dura como una estatua de piedra. Bajo el fuego de sus socios del sur de Europa, Angela Merkel acabó por hacer algunas concesiones. Por mucho que los tenientes de la canciller afirmen que se ha mantenido firme, al negarse a ceder sobre lo esencial: los eurobonos. [...] Su táctica consistía en mantenerse inflexible para evitar cualquier forma de mutualización de la deuda. Pero en Bruselas, Angela Merkel ha cedido en un principio repetido en todos los niveles de la Cancillería y del ministerio de Finanzas desde el inicio de la crisis: nada de conceder ayuda financiera sin que los Estados se sometan a cambio a un estricto programa de reformas estructurales.
“El bloqueo se desbloquea” comenta el diario Tageszeitung, que opina que los primeros resultados de la cumbre son tan sólo soluciones a corto plazo. Para el comentarista Malte Kreuzfeld, la buena noticia es el fin del “dictado alemán”:
La buena noticia de la cumbre es que aumentan las posibilidades de una solución a largo plazo. La estrategia de bloqueo de la canciller Angela Merkel ha fracasado estrepitosamente. Los demás Estados miembros no se han sometido al dictado alemán, pero han hecho que el conflicto degenerara. Con la amenaza de oponerse al pacto de crecimiento, que Merkel necesitaba para aprobar el pacto fiscal en el Parlamento alemán, han obligado a la canciller a que cediera.
Por último, para el Corriere della Sera el principal problema del Consejo Europeo de Bruselas estriba en la dificultad de encontrar un punto común entre los intereses divergentes de los distintos países. Pero para evitar la quiebra del euro, se necesitan “correcciones de ruta” y “una confianza recíproca”:
La canciller Merkel debe reconocer que el proyecto de Van Rompuy, Barroso y Draghi representa un esbozo creíble de los procesos de unificación bancaria y fiscal. El presidente francés debe interpretar el plan europeo de inversiones limitadas como la primera piedra de un programa de crecimiento. Nuestro jefe de Gobierno y el presidente español deben garantizar a los socios de la Unión Monetaria (UEM), si es necesario incluso con cesiones unilaterales de soberanía, que las iniciativas europeas sistemáticas cuyo fin es reducir la tensión sobre las diferencias de tipos de interés de la deuda entre países miembros y sobre los riesgos de insolvencia de los bancos no debilitarán los compromisos fiscales adquiridos con respecto a la UEM y la UE, sino que los reforzarán.
