El Tribunal Supremo italiano ratificó la sentencia de cuatro años de prisión para el expresidente Silvio Berlusconi por fraude fiscal, el 1 de agosto. Rechazó la apelación que había hecho Il Cavaliere contra el veredicto del tribunal de primera instancia por el caso Mediaset. La pena será conmutada, según una ley de indultos de 2006, por arresto domiciliario o por prestar servicios para la comunidad durante un año. Los tribunales han concluido que la decisión de inhabilitar a Berlusconi y apartarlo de la vida política durante cinco años debe ser revisada por el Tribunal de Milán.
Para “Berlusconi, la condena es final”, titula La Repubblica. Para el diario, la sentencia demuestra que “el derecho civil y la separación de poderes siguen estando vigentes en Italia” y confirma que “todos somos iguales ante la ley”. En un editorial titulado “Las consecuencias de la verdad”, el redactor jefe del periódico argumenta que:
Llegar a este resultado – a la justicia total – ha llevado diez años de investigación, seis años de juicios por una senda permanentemente bloqueada por los “monstruos” judiciales creados por el propio Berlusconi para ayudar al Berlusconi procesado, socavando el código y los procedimientos y forjando nuevas leyes a su imagen y semejanza.
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En un mensaje de vídeo que se hizo público poco después del fallo condenatorio, Il Cavaliere proclama su inocencia, ataca al sistema judicial y asegura al público que no se retirará de la política, sino que reformará su partido político original, Forza Italia. Este ataque de Berlusconi lo respalda el diario de su familia, Il Giornale, que titula “Berlusconi, esto no se ha acabado”. En un editorial en vídeo, el editor Alessandro Sallusti afirma que:
El problema es político, el problema es que la judicatura quería eliminar al líder del partido político más importante de Italia. [...] Somos testigos de una sentencia política, de un asesinato político, que no concierne únicamente a Silvio Berlusconi, sino a los millones de italianos que apoyaron a Berlusconi y al Pueblo de la Libertad durante años y que no quieren entregar el país a la izquierda.
“Berlusconi está condenado pero no fuera de juego”, titula Il Corriere della Sera. El periódico argumenta que:
La sentencia de Berlusconi no puede considerarse como un asunto 'privado'. Al contrario, es un hecho político y público al más alto nivel. Tendrá consecuencias políticas. Por ejemplo, hará que el Pueblo de la Libertad afronte su deteriorado liderazgo. […] El futuro del Gobierno es incierto. La única manera de mitigar el golpe letal asestado al sistema político italiano será seguir las indicaciones del jefe de Estado y aceptar la realidad, trazar una línea en la arena, pasar página y empezar de nuevo.
Lo que debería evitarse es que el país sea quien pague la cuenta, recoge La Stampa, bajo el titular: “Berlusconi condenado: Yo no me voy”. El diario señala en su editorial que por una vez los italianos deberían dejar que “prevalezca la racionalidad” y preguntarse a sí mismos si:
Podemos tratar de salir de la crisis en la que hemos caído o embarcarnos en una nueva temporada de gritos, sacrificios de sangre y campaña electoral. […] El Tribunal de Casación pone fin, como siempre lo hace, a una serie de desencuentros judiciales. Y no tiene por qué ser el principio de nuestro fin.