Hospodárské noviny subraya el espectacular fracaso de la derecha, incapaz de resistir a Zeman y que, además, seguirá estando tan dividida como nunca antes se había visto. El diario afirma que:
el 7 de agosto entrará en los anales de la política checa como una fecha clave en la historia del periodo post 1989. Lo hará como el día en que la derecha checa vivió el final más humillante de su época. Y lo será, probablemente, por mucho tiempo. […] Los años entre 2010 y 2013 fueron, de alguna manera, sobrecogedores. Tuvimos el privilegio de ser testigos de un espectáculo donde la mayoría pasó progresivamente de 118 votos [sobre 200], la más importante en la historia del país, a los “tradicionales” 101, hasta que se hundió. ¡Qué imagen!
En MF Dnes, el cronista Bohumil Pecinka considera que el 7 de agosto comenzó un “nuevo régimen”. Pecinka recuerda que, en su discurso pronunciado antes de la votación, el presidente de la República tuvo en cuenta en repetidas ocasiones a la mayoría parlamentaria y se sirvió tanto de sondeos de opinión como de argumentos para ganar terreno para su propia política:
No era tan importante [saber] si el Gobierno lo conseguía o no. La mayoría de los políticos ya han aceptado que la mayoría parlamentaria no sirve para gran cosa. Se trata de paso más hacia la República de Zeman.
Un desenlace en el que no cree Lidové noviny. El diario recuerda que el presidente ya controla, a través de sus aliados políticos, el Partido Socialdemócrata (CSSD), que es el que tiene más posibilidades de salir vencedor en las próxima elecciones. El periódico de Praga considera que:
a largo plazo, Zeman no conseguirá reorientar el poder hacia [el sistema presidencial de] Francia. La tradición de Europa central pesa demasiado. Para eso hubiese sido necesario que fuese un héroe de guerra. Va a pasar más bien como en Polonia, donde tras la era de los presidentes enérgicos, el Parlamento ha recuperado su poder.