El líder del PDL, Silvio Berlusconi, ha desencadenado esta crisis de Gobierno unos días antes de que el Senado someta a votación su posible destitución, tras su condena por fraude fiscal. El motivo oficial: su rechazo a ratificar más medidas presupuestarias, entre ellas la subida del IVA.
Il Corriere della Sera se convierte en el portavoz de los “moderados” que constituyen el núcleo de sus lectores, pero también de los votantes de Silvio Berlusconi, que hoy están “indignados”. Para su director, Ferruccio de Bortoli:
la irresponsable decisión de Berlusconi y de sus afines […] tiene el regusto amargo de los gestos irreflexivos y desesperados. No sirve para nada. No cambia ni una coma del futuro judicial del Cavaliere, pero hace que el país sea un rehén al borde de un nuevo precipicio. El daño causado al Gobierno de Letta […] es incalculable en especial a los votantes de Berlusconi, que son familias y empresas. […] El argumento del Cavaliere, una reacción instintiva ante el exceso de impuestos, es simplemente un pretexto descabellado. El coste del pronunciamiento de Arcore [la residencia de Berlusconi] si hubiese que convocar elecciones anticipadas es fácil de calcular: las modestas señales de una recuperación se evaporan, los grandes inversores desconfían aún más de un país que no entienden y en el que no quieren arriesgar su dinero. El coste de la deuda aumentará. […] Las empresas siguen cerrando, y algunas de ellas no llegarán a beneficiarse de la brisa del crecimiento. […] Los empleos siguen disminuyendo. El presupuesto de 2014 […] lo dicta Bruselas. Desaparecen los beneficios de la salida, en mayo, de un procedimiento de déficit excesivo. El Gobierno que gane las próximas elecciones se verá probablemente obligado a firmar una rendición sin condiciones ante la troika UE-BCE-FMI.
Recibe lo mejor del periodismo europeo en tu correo electrónico todos los jueves
El director de La Stampa, Mario Calabresi, se moviliza también para decir “basta” a una crisis que tilda de “inútil y desastrosa”:
La decisión inesperada de Silvio Berlusconi de hacer que sus ministros dimitan, para deponer al Gobierno, es un golpe muy duro para nuestro país. Una humillación que nos aboca al caos, a la falta de credibilidad, que nos pone bajo la lupa, que confirma los peores prejuicios sobre los italianos. Cuando esta semana deberíamos centrarnos en debatir únicamente que la primera empresa de telecomunicaciones del país pasa a manos extranjeras o que Alitalia será pronto una compañía aérea de ámbito nacional, nos vemos envueltos en el remolino de los problemas judiciales de un único hombre. […] En 15 días hay que presentar el presupuesto de 2014, el momento clave para quienes, como nosotros, las cuentas son frágiles; el 15 de noviembre, llegarán las evaluaciones europeas; nuestra deuda sube peligrosamente; el FMI habló hace dos días del riesgo de Italia. Y nosotros, que necesitaríamos desesperadamente un escudo de protección y credibilidad, en lugar de ellos nos presentamos desnudos y desarmados.
En la prensa afin a Berlusconi el tono es totalmente distinto. De hecho, el director de Il Giornale, Alessandro Sallusti, acusa al presidente del Consejo, Enrico Letta, y a sus impuestos de haber “derrocado al Gobierno”. Y defiende la opción de Il Cavaliere de proteger sus intereses ante las próximas elecciones:
Una vez más, los políticos y los analistas no han comprendido nada. Pensaban, o temían, o incluso deseaban, según los casos, que Berlusconi derrocaría al Gobierno reaccionando ante sus asuntos personales. No lo ha hecho por sentido de la responsabilidad, […] sino sobre todo porque no ha querido poner en peligro el único patrimonio que verdaderamente le importa, después de sus hijos: sus votantes. ¿Cuál hubiese sido el futuro de sus numerosos votos si el PDL hubiese ratificado una decisión que toca el bolsillo de los italianos? […] No sabemos qué pasará una vez que Letta caiga. Pero hoy en día tenemos la certeza de que quienes abogan por más impuestos son incompatibles con Forza Italia, el nuevo-antiguo partido de Berlusconi.
Un partido del que Il Cavaliere anunció la refundación recientemente y que se presentaría en lugar del PDL, que se consideraba demasiado indisciplinado, de cara a las próximas elecciones. Porque, según recoge La Repubblica, el sociólogo Ilvo Diamanti afirma que:
Berlusconi todavía dispone de consenso político y, aún más, de poder económico y mediático. Y los utiliza, si no es para imponer sus decisiones, para bloquear las del resto. Un ultimátum detrás de otro. Y antes, para controlar la disensiones que siembran sus propias filas. Por eso Berlusconi se resiste. Hasta el final. Porque lucha por su supervivencia política y por la de Forza Italia. […] Por eso quiere votar cuanto antes sea posible. Porque desde que se fundó en 1994 hasta la últimas elecciones, en febrero de 2013, el “partido personal” de Berlusconi siempre ha conseguido los mejores resultados en las legislativas. Por eso ha transformado la vida política en una campaña electoral permanente. Y hoy, para resistir a las amenazas exteriores y a las tensiones internas del partido, necesita que se celebren unas nuevas elecciones, lo antes posible.